CODEX FATUM. CAPÍTULO 1
por Alejandro Hoyos P. La señora Ángeles había trabajado en esa biblioteca por unos cinco años. Siempre con su bufanda de seda y su tarro de café que rellenaba cada mañana a las 11, en una carrerita rápida al local frente a la escuela. Tener la misma rutina todos los días no le molestaba en absoluto. De hecho, un trabajo repetitivo y tranquilo era exactamente lo que deseaba antes de meterse a estudiar biblioteconomía en la UNAM y de eso hacía ya veinticuatro años. Su forma de ser, pasiva, serena y sin meterse con nadie, congeniaba perfecto con la vocación que había elegido. Y definitivamente necesitaba un poco de tranquilidad en su vida. Tranquilidad y aislamiento, tal como lo ordenó el doctor. La orden dada por el decano no fue a causa de que la señora Ángeles sufriera algún mal de los nervios o el corazón, nada por el estilo. Al contrario, siempre había gozado de una buena salud, en contraste con su tres hermanos